La primera alfabetización que las
personas reciben se relaciona de manera directa con los medios de comunicación
que predominan en esa época. Motivo por el cual, se considera que la
alfabetización informacional es la que de niños se recibe como primera
alfabetización; por lo cual, los adultos requieren alfabetizarse digitalmente
para adquirir nuevos conocimientos y destrezas relacionados con las nuevas
formas de crear, gestionar, transmitir, presentar y comprender el entorno
digital. (Alfabetización Digital en la Educación 2011, p.13).
En términos generales, la
alfabetización digital incluye tener conocimiento de diversas fuentes de
información digitales, criterios éticos para hacer uso de la información, hacer
uso y tenencia de dispositivos, entre otros elementos. Por lo que Guillén,
Ascencio y Tarango (2016, p.29-30), clasifican cinco dimensiones:
• Instrumental: se refiere al
conocimiento práctico y habilidades para el uso del hardware y software.
• Cognitivo-intelectual: trata de
los conocimientos y habilidades cognitivas específicas que permitan buscar,
seleccionar, analizar, interpretar y recrear la información con la finalidad de
otorgarle significado, analizarla críticamente y reconstruirla.
• Sociocomunicacional: relativa a
la habilidad para comunicarse eficazmente a través de las TIC, mediante el
desarrollo de textos de naturaleza diversa (hipertextuales, audiovisuales,
icónicos, tridimensionales, etc.). Además, está dimensión incluye el desarrollo
de normas de comportamiento que impliquen una actitud social positiva hacia los
demás como puede ser el trabajo colaborativo, el respeto y la empatía en redes.
• Axiológica: plantea la toma de
conciencia en cuanto a que las TIC inciden significativamente en el entorno
cultural y político de la sociedad, así como a la adquisición de valores éticos
y democráticos con relación al uso de la información
• Emocional: relativa al conjunto de afectos, sentimientos y pulsiones emocionales provocadas por la experiencia en los entornos digitales para el control de las emociones, el desarrollo de la empatía y la construcción de una identidad digital caracterizada por el equilibrio afectivo-personal en el uso de las TIC.
De acuerdo con la clasificación
anterior, los ejes a trabajar para una alfabetización digital deben cubrir las
cinco dimensiones, ya que en la articulación de ellas, las personas pueden
acceder a los beneficios sociales, culturales y económicos que las TIC ofrecen.
Es decir, se cumplen con las características que Gros y Contreras (2006, p. 45)
establecen de una persona alfabetizada digitalmente:
• Lleva a cabo juicios de valor
de manera informada, a partir de la información en línea al distinguir entre el
contenido y la presentación de ésta.
• Lee y comprende bajo
condiciones no secuenciales y cambiantes.
• Construye conocimiento propio a
partir de información confiable desde distintas fuentes.
• Utiliza diversos buscadores
internet.
• Gestiona el “flujo multimedia”
al establecer la estrategia personal de información con la elección de fuentes
y medios de distribución.
• Es consciente y usuario de las
redes digitales para compartir, debatir y pedir ayuda.
• Evalúa los distintos sistemas
como herramientas de apoyo respecto a los formatos de contenido usuales y
evaluar y juzgar la validez de los materiales disponibles.
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